Una Historia, una Vida, un sueño
Todo transcurrió en una ciudad pequeña en la sierra de mi país, el menor de todos, el mas pequeño, aprendió a decir mama, era un niño muy alegre y engreído, sus padres llegaron de España con muchas aspiraciones por delante que inculcaron a sus hijos mayores, ella siempre solía decir, frente a las dificultades,“hay que salir adelante hijos, no hay barreras que no podamos atravesar, todo lo podemos hacer, nunca se rindan, nunca”, ellos se abrieron paso por la vida, haciendo la suya también. Los días trascurrieron rápido y una enfermedad letal empezó a crecer, ella no lo sabia, estaba preocupada por el bebe, con quien se quedaría?, quien estaría con el?, Como serán sus primeros pasos?, ... Pronto llego la abuela, ella sabia como arreglar las cosas, con su gran carácter sabrá que hacer.
Los años transcurrieron rápido, mas rápido de lo que pensaron, explicarle al niño como sucedieron las cosas, era difícil; Pronto fue mayor y se empezó a preguntar: “Abuela, Abuela,... Donde esta Mama? ... Donde esta Papa?, ella no pudo callar, con lagrimas en los ojos tubo que contar todo lo sucedido, el niño poco entendía de la muerte, no sabia porque tenían que morir, ella tratando de consolarlo le abrió sus brazos y le susurro al oído: “ Nunca te faltare, nunca, y si no estoy contigo en la tierra, te veré desde el cielo y sentirás mi bendición”, lamentablemente, el niño entendió la muerte a muy poca edad, tenia 11 años, solo por los caminos, recordaba el sabor de su comida, la ternura de sus besos, el calor de aquella mirada azul, tan tierna y consoladora, ahora ella no estaba, tampoco ella, ”...Porque tu también abuela? ... abuela... donde estas? ...”
Empezó de nuevo solo, trabajo en muchas cosas de miles de maneras, lo acompañaba siempre una voz que nunca supo de quien era, solo sabia que se lo decía de corazón, “hay que salir adelante hijos, no hay barreras que no podamos atravesar, todo lo podemos hacer, nunca se rindan, nunca”, termino sus estudios con ayuda de un franciscano amigo suyo, tenia que trabajar, se esforzó mucho por hacerlo, trabajo hasta en las carreteras de nuestro país, el utilizaba una escavadora, una experiencia que cuenta hasta el día de hoy, es aquella vez que un huayco cayo sobre la carretera un día anterior que el presidente de la república, Manuel Pardo, pasaría para inaugurarla, el tubo que trabajar solo toda la noche, minutos antes de que el presidente pase, el trabajo estaba concluido, trabajo en el hospital Lorena del Cuzco, hacia de todo, incluso fabrico parte del mobiliario del Hospital.
En Cuzco conoció un día a el amor de su vida, con ella renació todo aquello que alguna vez soñó, tuvieron 5 hijos, tres hombres y dos mujeres, el estaba feliz,... ¡tenia una familia!,... estaba feliz, un día se pregunto, que será de mis hermanos?, donde estarán?, se habrán enterado que yo estoy aquí?, que existo?; en ese instante saco su carro y manejo hasta la cuidad, empezó a buscar y buscar, estuvo como dos días buscando hasta que lo encontró , quedaron en encontrarse un día en la tarde, al verlo, se sorprendió por el parecido que tenia a papa, se miraron largo tiempo, sin saber como reaccionar, mientras sus lagrimas recorrían sus mejillas, aquellas lagrimas que por primera vez sintió brotar de sus ojos hace tantos años, solo se escucho el silencio y suspiros, hablaron mucho se contaron sus vidas y cuan duro había sido para los dos salir adelante, tenían unos cuantos familiares por la cuidad, tenia muchas ganas de conocerlos a todos; al llegar se sorprendían por el parecido a el papa, “Como te pareces a tu padre Rene”, se repetían sin cesar; el nunca lo conoció, le preguntaron de mama, el tampoco la conoció, la familia tenia fotos y recuerdos, de aquellas épocas, donde estaban ustedes?, se preguntaba, sin decir una sola palabra, donde estaban, cuando los necesite?, Pero ahora no importaba, ya eso no tenia importancia, era feliz.
Los chicos crecieron, se hicieron hombres, y el les repetía siempre esas, aquellas palabras que alguien seguro se las dijo, no lo recuerda, pero siempre estaban con el, hay que salir adelante hijos, no hay barreras que no podamos atravesar, todo lo podemos hacer, nunca se rindan, nunca”.
Cada uno de sus hijos fue saliendo del hogar, uno es ingeniero , otro es medico, un Artista una Maestra y una enfermera, Uno de ellos partió lejos (Gaile, el Artista), Sofía, la esposa, se sentía triste por ello, pero era su futuro, tenia que empezar el también una vida nueva, partió lejos a un clima frió con nieve, escribía de sus sueños, sus estudios, sus amores, pronto se caso, siempre trato de escribir, los demás estaban con ella, pero sufría mucho por el hijo ausente.
Rene, es un hombre bueno, buen padre, buen esposo, Sofía, era el amor de su vida, era agradable llegar a casa y encontrar a Sofía pasando café, después de haber enserado el lustroso piso de madera, el siempre llevaba el pan caliente después de trabajar, conversaban en la sala todas las tardes, donde caían los rayos de sol iluminando el sillón principal, y aquel piso que parecía espejo reluciente escuchando aquellos pasillos que hacían vibrar sus corazones, o el inolvidable Carlos Gardel con su Tango “Por una Cabeza”, esas canciones que hacían suspirar a uno de sus hijos mas que a otros, aquel mas mimado, el pequeñito, el engreído y travieso Calito. Tania no se quedo atrás era la que sabia de sus antojos, de sus deseos y de sus pasiones, la vida fue transcurriendo entre alegrías y penas, conocieron a sus nietos, los vieron crecer y hacerse hombres también, a ella le encantaba viajar, decía que algún día iría para Europa y conocer esos lugares tan lindos, esos castillos, “algún día verdad Rene, algún día verdad? ... pero; algo apareció, los doctores no sabían que era,...“no se sabe señor, puede ir con otro especialista..., no tenemos certeza de lo que se trata..., si desea, puede ir a otro hospital”... Llegaron al hospital de Enfermedades Neoplásicas, todo había avanzado, era imposible dar una segunda oportunidad, solo quedaba esperar y hacer que el dolor no fuera tan fuerte. Y de nuevo, levanto la mirada, que se yo de la muerte señor?, porque me enseñas que la muerte duele tanto?, ya se lo que es, no me la muestres mas, alivia mi corazón.... Sofía... Sofía... porque ella?... Porque tu también Sofía? ... Sofía...
El sabia como salir adelante, tenia nietos, tenia todavía la vida, fortaleza y energía, quería hacer saber a sus hijos que nunca uno debe de rendirse, quiso demostrarse a si mismo que la muerte no era tan grave, que el podía seguir son sus sueños.
Llego a casa el periódico y en primera plana pudimos ver con letras vistosas, “ Recorrido de Aventura para jóvenes de 75”, con una foto a color en la portada, la vimos bien, no podíamos creerlo, “era el”, había hecho el camino inca, con tantos jovencitos, tenia detrás suyo la imponente cuidad de los incas, Machupicchu, era increíble, estábamos todos orgullosos, sabíamos que el nunca se rendía, nunca.
Un día llamaron a casa de noche, era muy tarde, podía ser una emergencia, sonó un pitito extraño, parecía del exterior, oímos una voz con dejo extranjero, que decía,...” familia Somocurcio...llamo para avisar que Gaile Falleció...”, solo se escucho el silencio, no podíamos hablar, porque sucedió?, que paso?, .... El tenía lo mismo que Sofía,... “. Nada se podía hacer, como decirle a Papa Rene, como decirle, que la muerte lo golpea otra vez, cuando uno pierde los padres es huérfano, cuando pierdes una esposa eres viudo, pero cuando se pierde un hijo, como le decimos, que dolor tan grande puede ser, para que no tenga palabra alguna para calificarlo, como decirle ....
Paso el tiempo y como siempre, estaba con la frente en alto, siempre con su elegante terno color gris, ahora visita siempre aquel lugar donde todo es silencio, donde se habla con el pensamiento.
Estan todos juntos, La Abuela, Sofía Y Gaile, el va a limpiar y poner florcitas siempre a sus recintos, les habla; así pasa los domingos, pero algo siempre se le viene a la mente, y se lo repite el mismo a su corazón: “hay que salir adelante hijos, no hay barreras que no podamos atravesar, todo lo podemos hacer, nunca se rindan, nunca”...
Vendió sus propiedades, para que dijo el, tener cosas en la tierra si cuando uno se va, nada se puede llevar, partió lejos; Ahora viendo las fotos, lo veo todo claro, el nunca perdió la ilusión, nunca se dejo vencer, siempre fue fuerte y llego a cumplir sus sueños, no estaba solo, ella lo acompañaba, si, estaba Sofía a su lado, porque la tenia en su corazón, el veía por los dos, esas maravillas y esos castillos que soñaban conocer cuando jóvenes, sentados en aquella salita con olor a café, en New York el centro del mundo, el parado frente a la torre Eifel en Paris, En pisa con la torre inclinada, en Toledo, en aquellas calles que seguro un día, sus padres recorrieron, el estaba ahí, talvez buscándolos, talvez solo conociendo, pero con un sueño y una promesa cumplida... “lo hicimos Sofía, lo hicimos...”
Nunca hay que perder la esperanza, todo se puede hacer y como decía la bis abuela:
“hay que salir adelante hijos, no hay barreras que no podamos atravesar, todo lo podemos hacer, nunca se rindan, nunca”.
Jeanette Somocurcio
NY 07 /08/ 2000
* En Homenaje a mi abuelo, por su amor, por su fortaleza, por su ejemplo.