La india que respira por sus ojos
Participar de un viaje a la India, en mi caso constituyó tanto un proceso interior como exterior. Aquel en el que uno tiene que participar con los cinco sentidos. Muchos autores que han escrito sobre la India, nos narran una y otra vez, su desorden organizado o su organización desordenada. En ese aparente caos nos vinculamos con ella y lo trascendemos.
Para aquellos que han tenido la suerte de vivir allá, la experiencia es polarizada. O se mantiene el deseo de volver con mucha ilusión o no se quiere regresar. Es cierto que los contrastes y el caos puede llegar a cansar y hace necesario una pausa de vez en cuando, pero la experiencia es tan plena, que no son suficientes los adjetivos para describirla.
Siempre me preguntan sobre cómo es vivir en la India?. Encontrar las palabras precisas es un poco difícil y al tratar de hallarlas mientras busco la respuesta correcta, siento como, sin querer, empiezo a narrar emociones increíbles. A veces, los recuerdos, colores y amigos con quienes compartimos esos momentos llenan mis ojos de lágrimas.
Hace unos años atrás. Mi primera impresión de la India fueron aquellas miradas intensas y a la vez curiosas. Ojos penetrantes que no cesaban de mirarme. Me preguntaba porque no ven a otro lugar?, que tanto quieren saber de mí?. Parecía que sus ojos sin pupilas, profundos y negros me cuestionaban que hacía allí?... para que vine?... que tengo que aprender?.
Pienso que la India no es solo un viaje, es “el viaje”. Puedes pasar por ella sin aprovechar esa oportunidad de realmente observar. Se puede tomar fotos al colorido de los saris, a los hermosos templos y sus innumerables vacas caminando por las calles o los monos, chanchos, elefantes y camellos o al cielo hermoso pintado de naranjado por las tardes, pero este país te ofrece más. La oportunidad de fundirte en su milenaria tradición y redescubrirte.
En este territorio conviven sin protesta castas con diversas oportunidades de vida. Encontramos hermosas casas vestidas de oro y plata, con jardines inmensos donde viven plácidamente pavos reales que con orgullo muestran su prominente cola de colores. Con una multitud de sirvientes porque es importante mencionar que el que lava los platos, no cocina; el que limpia la casa y trapea, no limpia los baños; y obviamente los dueños no hacen nada. En una oportunidad participé de una reunión en casa de una amiga que fumaba mucho y tenía un sirviente que estaba detrás de ella todo el tiempo esperando recibir la ceniza del cigarro.
Un día desperté sintiéndome un poco mal. Sentía que necesitaba algo, como un helado de maracuya o unas ricas fresas a ser degustadas en una fría piscina (la temperatura puede llegar fácilmente a 50 grados centígrados). Salí a caminar y encontré a pocos metros un niño con una sonrisa muy grande corriendo de un lado a otro. Mis labios sonrieron con complicidad y luego de un momento me di cuenta que este niño estaba desprovisto de ropas y no necesitaba nada más. Vivía feliz donde estaba. Me hizo reflexionar respecto a si realmente requiero de cosas para sentirme mejor, respecto a que si tenía todas mis necesidades básicas cubiertas para que quería más?.
En otro momento, un amigo que vivía mucho tiempo en la India, me invitó a participar en un curso de Reiki. Como siempre me ha gustado aprender acerca de las religiones y filosofías del mundo acepté complacida. Pude descubrir una energía especial que podía cambiar el dolor en tranquilidad y a comunicarme con otros a través de esa energía. Nuestro maestro hizo contacto con seres espirituales y sin saber nada de mí me señala y dice que solo he estado 4 meses en la India y que necesitaba aprender mucho y esa era la razón por la que estaba allí. Me sorprendió que me dijera el tiempo exacto que habíamos estado en la India. Pensé, que este país tiene la capacidad de llamarte y acercarte a él. Uno no llega por casualidad sino que hay que escuchar el llamado con el Corazón y estar con todos los sentidos abiertos, en este caso los chakras, para entender mejor.
Pasaron los días y meses. Aprendí el arte de la meditación y el yoga, un ejercicio completo, donde descubrí que una persona gordita puede tener una gran agilidad y plasticidad para posiciones tan extrañas como la rana, la boa o un simple saludo al sol con más de 5 rutinas juntas. Con 10 me atrevía incluso a tratar de pararme de cabeza y continuar el balance en un solo pie durante 3 minutos. Esta concentración y control sobre el cuerpo luego influye en muchos aspectos en tu vida. Por ejemplo, en otro curso que seguí en el Art of living, aprendes como una mejor respiración ayuda a estabilizarte, controlar el genio y no perder el autocontrol. Una filosofía de vida simple y de aceptación personal.
Quería saber todo, estar en todo, aprender y absorber todo. En los diversos viajes que hicimos en este gran continente y digo continente, por su tamaño y diversidad, aprendimos la riqueza de productos, desde telas de seda y joyas hasta nuevas especias, que atraía a muchos países europeos y asiáticos, pero también la vastedad de su pensamiento. Una verdadera riqueza que trasciende las joyas y los grandes palacios de mármol y filigrana de los Maharajas.
Inglaterra dejó un gran herencia cultural pero no pudo eliminar sus costumbres ancestrales de raíces impenetrables que se remontaban a siglos, así como su historia reciente que inspiró al mundo, a través, por ejemplo de un Mahatma Gandhi, y su lucha por la justicia y la paz.
En suma, es un lugar que te desnudaba al recorrerlo haciendo aflorar tu “yo” interior, lo bueno y lo malo, y dependía de ti aprovechar esa oportunidad de trascender. Tuve la suerte de conocer a amigos maravillosos, con quienes compartí alegrías y tristezas. Cada uno de ellos con características diferentes, pero unidos en nuestra India y en el amor a ella y en el agradecimiento por habernos regalado la oportunidad de entender y saber apreciar cada cosa por lo que es. Este refrán que dice: “No todo lo que brilla es oro” tiene mucha vigencia en estas tierras. Es un viaje hacia ti mismo, permitiendo observarte con nuevos ojos y apreciar el mundo de diferente manera.
Entender y realmente asimilar que la muerte es solamente un viaje más. Un viaje sin retorno al lugar que te vio nacer o te acoge. Es un viaje a lo infinito, lleno de emoción y simbolismo. Quemando las ultimas cenizas de un cuerpo que no es mas que una caja que suena para luego sumergirte y dejarte llevar por las aguas sagradas de un gran rio Ganges. Esperando volver algún día, para ser, crecer y sobretodo disfrutar, con los cinco sentidos, el mundo que nos rodea.
La india que respira por sus ojos, (1) hace que los nuestros se emocionen al recordar lo vivido y aprendido. Un lugar con tantos colores y matices, incluyendo el significado de tu vida.
Un lugar llamado “tú”.
La Haya, 2015
1- Frase de Jesus Aguado poeta madrileño, dando a entender que cuando uno sabe mirar, puede percibir las cosas de una manera mas profunda y llegado el momento todo se absorbe por los ojos.